
Una luna de miel entre leones, elefantes y cielos que parecían infinitos.
Recorrer Kenia fue algo más que un viaje: fue adentrarme en un mundo salvaje, crudo, poderoso… y profundamente bello.
Los safaris nos regalaron momentos que parecen sacados de otro tiempo.
Paisajes que se movían con el viento, miradas de animales que me atravesaban, silencios que lo decían todo y la belleza de lo natural en su estado más puro.
Recorrer Kenia fue algo más que un viaje: fue adentrarme en un mundo salvaje, crudo, poderoso… y profundamente bello.
Los safaris nos regalaron momentos que parecen sacados de otro tiempo.
Paisajes que se movían con el viento, miradas de animales que me atravesaban, silencios que lo decían todo y la belleza de lo natural en su estado más puro.
Estas fotos son una forma de volver a ese lugar mágico.
Y de compartir, con quien las vea, un pedacito de esa inmensidad.
Y de compartir, con quien las vea, un pedacito de esa inmensidad.


















Sobrevolando lo salvaje
Una de esas experiencias que se quedan grabadas para siempre: ver amanecer desde un globo sobre el Masai Mara.
El silencio en el aire, la sabana despertando poco a poco, y la sensación de estar flotando en otro planeta.
Nada se mueve tan despacio y te remueve tan rápido.
El silencio en el aire, la sabana despertando poco a poco, y la sensación de estar flotando en otro planeta.
Nada se mueve tan despacio y te remueve tan rápido.





